Santiago, su evolución.

Cristian Giménez llegó a Cruz Azul en el 2010 cuando Santiago Giménez, su hijo, apenas tenía 9 años. Hoy, a sus 20, Santiago es parte importante del aparato ofensivo de Cruz Azul.

Son 11 años vistiendo la camiseta; desde escuelitas, fuerzas básicas, sub 13, sub 15, sub 17, sub 20 y primer equipo. Ha vivido todos los procesos en Cruz Azul, esta es su casa y se muestra cómodo como quien juega en el patio de su casa. Santiago irradia cruzazulísmo.

Santiago ha vivido siempre bajo el estigma de “ser hijo de”, de llegar hasta donde está “por su padre”. No hay mentira mas grande, mas de 70 goles en todas las categorías lo avalan para haberse ganado esa oportunidad, misma que parece estar aprovechando. Ningún otro futbolista en categorías inferiores anotó los mismos tantos desde que Santiago inició su andar. La oportunidad estuvo más que ganada por lo hecho en cancha.

En todo su paso por categorías inferiores destacó por tener un físico que le ayudaba como centro delantero y partiendo desde una banda. Sacaba provecho de su altura para recibir y rematar, además de su velocidad para desprenderse rápido.

Llegar a primera división de forma oficial desde hace año y medio le ha abierto otro panorama, y es que ya no puede sacar el mismo redito de su físico al encontrarse con defensores mas competitivos en este rubro y ha tenido que evolucionar, aprovechándose de esa experiencia de inferiores en donde partía desde una banda. Se ha convertido en un gran acompañante; una buena lectura de juego, le saca rivales a su 9 con sus movimientos de atracción, sabe servir y anotar. El “Cabecita” Rodríguez y “Cuco” Angulo agradecen su aporte. Es, sin duda, una clase de delantero que es difícil de encontrar en nuestro fútbol. Con 20 años y mucho por mejorar, sobre todo en definición, es hoy en día un futbolista que emociona.